No puede
haber camino más ético, más verdaderamente democrático, que revelar a los
educandos cómo pensamos, las razones por las cuales pensamos de tal o cual
forma, nuestros sueños, los sueños por los que luchamos, dándoles al mismo
tiempo pruebas concretas, irrefutables, de que respetamos sus preferencias
aunque sean opuestas a las nuestras.
(Política
y educación, Pablo Freire, 1996)
Paulo Freire tenía muy claro que ser crítico no es
lo mismo que ejercitar y desarrollar el pensamiento crítico. El gran pedagogo
brasileño tuvo muy pronto la intuición de que éste debía desarrollarse
desde el medio educativo y no banalizarse de ninguna manera. De ahí surgió su
propuesta de educación generativa y revolucionaria: El pensamiento
crítico con referencias pedagógicas tenía la misión de situar al educando
en la transformación de su realidad y del mundo en el que vivía. Esta visión, mostrada
en los años 70, sedujo al mundo de la cooperación internacional de la época e
influyó tremendamente en los enfoques y caminos que siguió ésta en las décadas
siguientes.
Sin embargo, en la Educación para el Desarrollo,
(EpD), la hermana “occidental” de la Educación Popular con la que trabajó
Freire, esta visión tuvo un limitado impacto por diversas razones que ahora no
vienen al caso. Con todo ello, en la primera década del siglo XXI este enfoque
ha reverdecido tímidamente y empieza a estar en la agenda de los diferentes
agentes de la EpD, con diferentes perspectivas y enfoques, especialmente
en el ámbito europeo.
El pensamiento crítico llega al territorio EpD y de
la cooperación con diferentes misiones. Señalamos algunas que, en cierta
manera, hablan de porque hemos elegido este tema para este nuevo Manuel
Digital:
·
Misión Empoderadora: la capacidad del pensamiento crítico es una herramienta y actitud
básica de cualquier sociedad en clave de participación comprometida que se
quiera considerar adulta y en camino hacia el desarrollo.
·
Misión Planificadora: el pensamiento crítico es un enfoque imprescindible para la
planificación y el sentido de las acciones de incidencia política y de
cooperación al desarrollo.
·
Misión Didáctica: el pensamiento crítico ilumina y clarifica las acciones de Educación
para el Desarrollo y de Incidencia Política, hasta el punto de poner a la vista
los fundamentos y elementos eje, y a la vez los elementos rutinarios y
prejuicios.
La Educación Crítica es, para nosotros como ONGD,
un elemento fundamental de la Educación para el Desarrollo y la Ciudadanía
Global. Entre los aprendizajes que lo componen está el mencionado “pensamiento
crítico”, con el que visualizamos como es el ejercicio crítico en sus diferentes
dimensiones y procesos y de qué manera construye las sociedades y el futuro
local y global. Pero también está el “espíritu crítico” que, desde el respeto,
la tolerancia y la incidencia política, es una llama que caracteriza el
desarrollo más allá de lo economicista y que tiene una perspectiva integral del
a persona. Por último, hay que añadir a lo anterior la “dimensión ética” con
sus acuerdos de mínimos (como las
Declaraciones de Derechos) y sus apuestas de
máximos, en los que la Cooperación al Desarrollo está especialmente
experimentada.
Pensar
con criterio, vivir con criterio, soñar con criterio”, sería, en pocas
palabras, los elementos de la Educación Crítica que configuran el desarrollo
humano en clave de ciudadanía global
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